Mi Aitona, Jesús Los Santos

 

Mi abuelo materno es Jesús Los Santos Aranjuelo, nace en Rentería (Guipúzcoa), el 14 de abril del año 1911. Hablaba y escribía perfectamente el euskera, estudió en el colegio de Lecaroz,en el Valle del Baztan  para licenciarse después en Derecho. Ejerció esta profesión durante muchos años, siempre recuerdo el comentario de la amoña y de mi madre, sobre los servicios prestados desinteresadamente a mucha gente de condición humilde.

Tenía un criterio sobre la vida de lo más sólido, quiero resaltar algunos opiniones de él, reflejadas  en una entrevista que le hicieron el día 27 de marzo de 1968, por el periodista L.C. que por su interés reproduzco.
 

Sobre justicia.

Resulta curioso que naciones que nos quieren presentar como adelantadas en la garantía de las libertades puedan ofrecer, en pleno siglo XX, lamentables espectáculos de discriminación racial y de colonialismos económicos o territoriales, reñidos con las más elementales normas de justicia.

Sobre sus raíces.

Es deber de todo vascongado conservar el patrimonio que, recibido de Dios, heredamos  de nuestros padres.

Yo siento una gran complacencia cuando me comunico con mis interlocutores –y lo hago con bastante frecuencia- en nuestro querido euskera.

Sobre la  juventud.

La juventud se ha movido siempre por estímulos generosos, pretendiendo superar los vicios egoístas que condicionan las estructuras de la sociedad.

Los impulsos juveniles par lograr una convivencia más justa son la expresión de legítimas impaciencias  que nos hemos de esforzar en comprender, procurando su mejor entendimiento.

Los jóvenes de nuestros días  -aparte de algunas extravagancias, más o menos transitorias- tienen por lo común una limpieza de ideales que hemos de reconocer sin que nos duelan prendas .(...) Y constituyen su mejor esperanza.

Frente a quienes intentan conducir el natural apasionamiento de la juventud por senderos perturbadores, con miras a la discordia civil, hemos de oponer las reglas de conducta que hagan viable  la armonía generacional: saber escuchar, querer comprender y respetarlas opiniones ajenas.


Tenía un alto aprecio a la amistad, le recuerdo con muchos amigos, a uno de ellos Rafael Rubio le dedico un artículo que se publicó el día 10 de febrero de 1973 en el diario La Voz de España, que quien tenga interés lo encontrará un poco resumido en   Rafael Rubio
 
 
             Mi Aitona y Rafael Rubio.