Santo Sepulcro, año 335
Con gran alegría la Iglesia de Jerusalén asistió a la
liberación de los templos paganos. El proyecto de una nueva construcción fue
planeado por los arquitectos de Constantino. Este iba a ser un monumento valedor
de la veneración que iba a recibir:
" el emperador envió emisarios que mostraban un
verdadero espíritu piadoso y al mismo tiempo otorgó amplias sumas de dinero y
ordenó que una casa de oración, merecedora de la adoración de Dios, debía
erigirse cerca de la tumba del Salvador mostrando toda su riqueza y real
grandeza. Durante bastante tiempo había tenido presente este plan, lo había
previsto como si estuviese bajo la ayuda de una inteligencia superior, todo
aquello que más adelante iba a suceder. Por lo tanto dio sus órdenes a los
gobernadores de las provincias del Este, instándolos a ayudar con una abundante
y generosa donación con lo que asegurasen que el trabajo se concretara en una
escala de noble y amplia magnificencia"(Vita di Costantino III,
XXIX)
Pero esto también significó un cambio completo en la topografía del lugar.
Para ubicar este monumento los arquitectos habían aislado a la tumba del rocoso
peñasco del Ghareb en los flancos norte y oeste. De este modo, la tumba que
fuera excavada en la fachada oeste de las murallas de la cantera, terminaba
sosteniéndose libremente en el centro de un amplio espacio vacío. Una
construcción con la forma del mausoleo real romano iba a ser erigido para
convertirse en la Anástasis (Resurrección). El peñasco del Gólgota también
fue recortado en los flancos norte y oeste para dar lugar a la nueva construcción
que dejaría el Calvario fuera del nuevo edificio.
![]() Una representación artística de la basílica
construida por Constantino |
La nueva construcción comprendía cinco estructuras que cubrían
la totalidad del área que anteriormente fuera ocupada por el templo pagano de
Adriano. Una subida mediante escalones llevaba desde el Cardus hasta el atrio
oeste. Este era el espacio del atrio del Templo que fue embellecido aún más
por Constantino. La fachada del Martyrium, con tres puertas (aun visible en el
Hospicio ruso) dominaba el atrio oeste.
![]() Restos de la fachada del Martyrium en el Hospicio ruso (incorporados a la estructura actual) |
El Martyrium era una basílica de cinco naves que terminaba en
un ábside y en un elevado presbiterio, el domingo y las liturgias festivas eran
celebradas de manera especial. Doce columnas de plata rodeaban al altar mayor en
el presbiterio.
![]() Restos de la Fachada de la Anástasis construida
por Constantino |
Un gran claustro con su jardín fue realizado detrás del ábside de la basílica y sirvió para unir el Martyrium con la Anástasis. Este claustro de tres pórticos y al aire libre estaba protegido por la roca desnuda del Calvario que fue dejada a cielo descubierto en el ángulo sudoeste (adornado con piedras preciosas y superpuesta, además de una cruz protegida mediante un "ciborium" dorado). Se debe a esta roca desnuda del Calvario que la Basílica se llamó Martyrium tal como la peregrina Egeria narra: "Se llama Martyrium porque está el Gólgota detrás de la Cruz, donde el Señor sufrió".
![]() Restos del ábside del Martyrium desenterrado |
![]() Los mismos restos del Martyrium vistos desde el
lado opuesto |
Cuando estas construcciones se llevaron a cabo los arquitectos
hicieron todo lo posible para esconder completamente el área bajo el Calvario
donde el culto a Venus se llevaba a cabo. Sólo recientemente se ha logrado
ubicar esta área escondida.
Al oeste del jardín del claustro se encontraba una iglesia circular, la Anástasis
(Resurrección) con la Tumba del Redentor en el centro. Gracias a las fuentes
literarias de la época y a las recientes investigaciones arqueológicas
llevadas a cabo, podemos reconstruir la estructura construida sobre la tumba del
Redentor: la fachada tiene ocho puertas sobre las cuales se abrían hacia arriba
ocho ventanas alargadas. La rotonda estaba sostenida por doce columnas macizas
alternadas por tres grupos de pilares que a su vez sostenían un balcón encima
del cual surgía una cúpula con un "oculus" (ojo). Alrededor de la
parte más baja había grandes ventanas decoradas que filtraban la luz que
llenaba este espacio. La luz entraba por la fachada, por las ventanas y por el
"oculus" porque aquí la Luz de la Resurrección ganaba a los poderes
de la obscuridad
Constantino quería que la tumba interior permaneciera completamente desnuda
porque ninguna decoración humana podía embellecer este sitio que fue testigo
de la luz de la Resurrección. El exterior estaba bellamente decorado.
![]() Un ábside sobreviviente de la Anástasis de
Constantino |
La residencia del obispo fue construida hacia el norte de la
basílica. El grandioso monumento de Constantino, cuya construcción presidió
el Obispo Macario, fue inaugurado en el 336 y el plano, su posición y su
arreglo son aún visibles en la actualidad.
![]() La capilla subterránea de Santa Elena |
La alabanza de la belleza de este monumento nos la da
Eusebio en su obra "La vida de Constantino":
"Para empezar adornó la misma cueva sagrada como la
parte principal de toda la obra y el respetado monumento sobre el cual el ángel
radiante de luz había declarado ante todo esa regeneración que fue manifestada
en primer lugar en la persona del Salvador.
Este monumento, por lo tanto, el primero de todos, como la parte más importante
de todo, el emperador con su cuidadosa magnificencia lo embelleció con columnas
especiales, lo enriqueció profusamente con las más espléndidas decoraciones
de todo tipo.
El siguiente objeto de su atención fue un espacio de tierra de gran extensión
y abierto al aire puro del cielo. Lo adornó pavimentándolo con piedras
finamente pulidas y lo rodeó con tres costados de pórticos muy largos. Porque
en el lugar opuesto a la cueva, o sea el lado este, la iglesia misma fue
erigida; un trabajo noble que alcanzó una gran altura y que fue de gran extensión
tanto en largo como en ancho. El interior de esta estructura tenía un piso de
losas de mármol de diversos colores; mientras que la superficie exterior de las
paredes, brillaban por las piedras pulidas que encajaban exactamente unas con
otras, exhibiendo un grado de esplendor de ningún modo inferior al del mármol.
En lo que respecta al techo, en la parte exterior estaba cubierto con plomo como
protección de las lluvias invernales. Pero la parte interior del techo, que había
sido terminado con trozos esculpidos que se extendían en series de
compartimentos relacionados entre sí, como un vasto mar, sobre la totalidad de
la Iglesia; y, habiendo sido completamente cubierto con oro puro, hacía que el
edificio entero brillase como si fueran rayos de luz. Además de esto había dos
pórticos a cada lado, con filas de pilares, altos y bajos, que correspondían
en el largo con la iglesia misma; y también estos tenían sus techos adornados
con oro. De estos pórticos, a los que estaban en el exterior de la Iglesia, los
sostenían columnas de gran tamaño, mientras que los que estaban dentro se
apoyaban en pilas de piedras hermosamente adornadas en la superficie. Tres
puertas, ubicadas exactamente hacia el este, estaban dispuestas para recibir a
las multitudes que entraban a la iglesia. Frente a estas puertas estaba la parte
que coronaba todo, era el hemisferio que llegaba hasta la cima de la Iglesia.
Este estaba hecho en forma de círculo por doce columnas (de acuerdo al número
de los apóstoles de nuestro Salvador). Los capiteles estaban embellecidos con
boles de plata de gran tamaño, los cuales habían sido presentados como una
espléndida ofrenda a Dios por el emperador mismo. En el siguiente lugar rodeó
al atrio que ocupaba el espacio que conducía hacia las entradas frente a la
Iglesia. Esto abarcaba primero el patio, luego los pórticos de cada lado y
finalmente las puertas del atrio. Después de éstas, en el medio del mercado al
aire libre, estaban las puertas de la entrada general, que eran de una gran
exquisitez. Permitían a los paseantes desde fuera tener una visión del
interior que no podía menos que inspirar asombro. El emperador erigió este
Templo como un monumento conspicuo de la Resurrección del Salvador y lo
embelleció por todas partes en una escala de imperial magnificencia. Continuó
enriqueciéndolo con innumerables ofrendas de una belleza inexpresable y de
varios materiales, - oro, plata, piedras preciosas… y el habilidoso y
elaborado arreglo, que de acuerdo a su magnitud, cantidad y variedad, no nos
permite en este momento el describirlo todo detalladamente."
(III, XXIV-XL Extraido de la Biblioteca de los Clásicos Cristianos del Wheaton
College (Universidad de Wheaton).
![]() ![]() Las columnas que aún continúan en pie del
Triple Pórtico de Constantino |
![]() Otra vista de los restos del Triple Pórtico |