Cristianos en las puertas del Santo Sepulcro
Las fuerzas militares del oeste, después de fracasar en
varios intentos por la conquista de los Santos Lugares (manu militari)
trataron de lograr acuerdos que asegurasen la asistencia de los peregrinos. La
pareja real de Nápoles, Angió y Sancha de Mallorca (1309-1345) tuvieron éxito
después de largas negociaciones y grandes sumas de dinero para obtener de
Melek en-Nazer una residencia oficial para la comunidad latina de Jerusalén
dentro del Santo Sepulcro.
Con la aprobación del Papa Clemente VI esta responsabilidad fue otorgada a
los Franciscanos que se establecieron en el Monte Sión en el 1335. La bula
papal "Gratias Agimus" del Papa Clemente VI escrita para el superior
de la Orden de Frailes Menores estableció que los "frailes de vuestra
Orden puedan vivir permanentemente en la Iglesia del Santo Sepulcro y allí
celebrar solemnemente las Misas y otros oficios divinos". De hecho los
Franciscanos recibieron la Capilla de la Aparición de Cristo que desde
entonces nunca han abandonado.
![]() La Aedicula del Santo Sepulcro |
El Franciscano Niccolo da Poggibonsi visitó Tierra Santa
entre 1346-1350 y pasó cuatro meses ayudando en el Santo Sepulcro. En su
relato "Un viaje más allá de los mares" descubre la situación
dentro del Santo Sepulcro: "Deseoso me siento de relatarles acerca de los
altares que se encuentran allí dentro y que en su totalidad son 20: porque
cada confesión de cristianos tiene su propio altar. En el Domingo de Ramos y
en la Santa Pascua todos van allí, cada confesión con su propio sacerdote, y
cada sacerdote celebra su Misa en el altar mayor…" También afirma que
la Capilla del Santo Sepulcro fue la propiedad de un Sarraceno que "abría
la puerta, hacía entrar a la gente y los dejaba dentro por el tiempo que
duraban tres Padrenuestros, después los llevaba fuera, y cerraba la puerta
con llave". También aseguró que el Calvario estaba en manos de los
Armenios.
![]() Los altares de la Dolorosa y de la Crucifixión del Calvario |
Algunos años después las cosas cambiaron y los monjes
dieron la impresión de poseer mucho espacio dentro de la basílica. En
realidad el Ruso Archimandrita Gretenius que vino en peregrinación durante
los primeros años del siglo XV dice que dentro de la Basílica viven
permanentemente un sacerdote Griego, uno de Georgia, un Frank (esto es un
fraile menor), un Armenio, un Jacobita y un Abisinio. Declara que en la
aedicula de la tumba había una pintura de un Cristo Resucitado junto a un S.
Francisco arrodillado. También dice que los frailes de la cuerda (como en un
principio se les conoció a los Franciscanos) poseían el Calvario junto con
los Armenios. Todo esto se debió probablemente a los firmans otorgados por el
Sultán Barquq (1382-1399) a favor de los frailes del Santo Sepulcro.
![]() El Katholicón – el coro Griego |
Más adelante el sultán Barsabai (1419-1467) ordenó a las
autoridades de Jerusalén que a los frailes "no se les debía impedir
entrar en los sitios a los que estaban acostumbrados a ir y allí celebrar sus
funciones y solemnidades tal como su religión se lo requería, efectuar su
adoración tanto ellos como los que los acompañan en el altar situado en el
Calvario, dentro del Santo Sepulcro, siguiendo su costumbre, mantenida desde
hacía muchos años antes y de acuerdo a las nobles normas que ellos
poseen".
Según Fr. Francesco Surian (1485) los Franciscanos habían cambiado el altar
fijo dentro de la Aedicula del Santo Sepulcro por uno movible y de madera,
para que siempre fuera posible celebrar la Eucaristía. También afirma que
nadie podía celebrar sin previo permiso de los Franciscanos quienes además
tenían la llave de la Aedicula. Un testimonio similar lo da Félix Faber en
1483, quien declara que "las llaves del dulce Sepulcro están en las
manos del Fraile Menor y ellos lo abren y lo cierran para quien lo desea y allí
dentro celebran Misas cuando lo desean". En 1475 los Armenios cedieron
sus derechos sobre el Calvario a los Franciscanos, que hicieron un altar,
creando la Capilla de la Crucifixión.
Este fue un período de relativa calma cuando todas las confesiones cristianas
presentes en el Santo Sepulcro tuvieron éxito al encontrar la manera de vivir
juntos y hasta celebrar juntos la Semana Santa, incluyendo la peregrinación
del Domingo de Ramos desde Bethfage.