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Lugar de la Crucifixión, Muerte, Entierro y Resurrección de Jesús
Todos los peregrinos de la Ciudad Santa de Jerusalén hacen
todo lo posible para visitar el lugar más sagrado de la cristiandad. Al llegar
a Jerusalén nos sentimos impelidos a través de las murallas turcas que rodean
la Ciudad Antigua y mientras tanto nos repetimos a nosotros mismos las palabras
del salmista "que alegria cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor"
(Salmo 122,1) y continuamos caminando hacia "la tumba del Señor".
Arrastrados por las masas que se mueven por las angostas calles de la ciudad y
mirando alrededor vemos cientos de tiendas que orgullosamente exponen su
mercadería. Los diversos olores de las especias se mezclan en el aire y hacen
que nos sintamos llevado por ellos.
![]() La Plaza del Santo Sepulcro |
Más tarde nos encontramos en una plaza milenaria, frente a la
fachada envejecida por el paso del tiempo. Empezamos a preguntarnos como es
posible que en este lugar hubiera una colina, un jardín y una tumba. Podemos
caer en la tentación de ignorar lo que los guías nos están diciendo por la
emoción de lo que estamos experimentado.
Entramos... Vemos a un fraile franciscano atendiendo a varios peregrinos de
diversas nacionalidades, a un monje griego ortodoxo encendiendo velas. Se oye el
coro armenio ortodoxo cantando la liturgia. Pasamos delante de la pequeña
capilla donde un sacerdote copto ortodoxo devotamente está diciendo su oración
y cerca de él un monje sirio ortodoxo recita la suya. Seguimos caminando y
encontramos a un padre franciscano preparando uno de los altares para celebrar
la misa.
![]() Plano del Santo Sepulcro en la actualidad |
AQUÍ, en este lugar, un acontecimiento importante tuvo lugar.
Un acontecimiento de LUZ, una realidad VITAL, el misterio de la SALVACIÓN.
Caminamos hacia la gastada aedicula sobre la Tumba vacía y en cuanto entramos,
casi alcanzamos a oir interiormente el eco ¡Ha resucitado! ¡no está aquí!".
Nos arrodillamos… y sin darnos casi cuenta de todo lo que nos rodea, somos
conscientes de que estamos en la Tumba en donde Jesús estuvo muerto y desde la
cual el Señor triunfó sobre los poderes del mal y el poder de la muerte. ¡Dónde,
oh muerte, está tu aguijón!" (1 Corintios 15, 55).
![]() La aedicula en la tumba de Jesús |
Cuando nos arrodillamos en silencio, oimos la voz de Pedro
proclamando: "Dios lo levantó de entre los muertos, liberándolo de la
agonía de la muerte, porque para la muerte resultaba imposible conservar su
poder sobre él(Hechos 2, 24) o la voz de Pablo: "Por lo tanto fuimos
enterrados con él a través del bautismo en la muerte para que, del mismo modo
que Cristo fue levantado de entre los muertos a través de la gloria del Padre,
también nosotros podamos vivir una nueva vida" (Rm 6,4). Y cuando salimos
de la Tumba nos damos cuenta que estamos en la Nueva Casa del Señor en el lugar
en el que la "nueva y eterna Alianza" fue establecida entre Dios y la
humanidad a través de Jesucristo
De nuevo las Escrituras hacen eco: "La gente vendrá de los pueblos de
Judea y de los pueblos que rodean a Jerusalén, desde el territorio de Benjamín
y de las pequeñas colinas del oeste y del Negev, trayendo ofrendas de granos,
incienso y ofrendas de agradecimiento a la casa del Señor"(Jer 17,26).
![]() Interior de la Tumba de Jesús |
En ese momento empezamos a apreciar las idas y venidas de la
gente de diferentes nacionalidades.
Frente a la Tumba, bajo la nueva y resplandeciente cúpula, recitamos la oración
escrita por el Papa Pablo VI el 4 de enero de 1964:
"Este es el lugar, donde Tú, oh Señor, fuiste
acusado;
(Aquí) Tú, el justo, fuiste juzgado;
(Aquí) Tú, el hijo del Hombre, fuiste atormentado, crucificado y
enviado a la muerte.
(Aquí) Tú, Hijo de Dios, fuiste blasfemado, se rieron de ti y te
repudiaron;
(Aquí) Tú, la luz, fuiste desechado;
(Aquí) Tú, el Rey, fuiste exaltado en una cruz;
(Aquí) Tú, la Vida, te encontraste frente a la muerte y
(Aquí) Tú muerto, te levantaste hacia la vida…
Te adoramos, oh Señor Jesús. Vinimos (aquí) para golpearnos el
pecho, para pedir tu perdón, para implorar tu merced…
porque tú eres nuestra redención y nuestra esperanza"
(Pablo VI – 4 de enero de 1964)
![]() La entrada a la Basílica del Santo Sepulcro |
Superado el asombro inicial deseamos saber más, compreder cómo es el lugar y cómo ha sido la historia de la Iglesia más importante de la cristiandad.
![]() La fachada de la Iglesia de la época de los Cruzados así como se encuentra actualmente. |