
CAFARNAÚN, PERÍODOS DE POBLACIÓN
Los principales restos arqueológicos de Cafarnaún llenan un
período de quince siglos, desde el quinto a.C. hasta el décimo d.C. Por otra
parte, la fase central de población que contempló el crecimiento y la expansión
de la aldea en todas las direcciones, fue precedida y seguida de vestigios que
ensanchan mucho su horizonte cronológico. Los sílices paleolíticos hallados
en 1984 proporcionan una datación de varios millares de años antes de la era
cristiana. Los trozos de cerámica de comienzos del tercer milenio con decoración
de bandas paralelas atestiguan que el sitio era frecuentado por el hombre en el
período crucial de la aparición de la.vida urbana en Tierra santa (principios
de la edad del bronce). Más consistencia ofrecen los restos del segundo
milenio. Hasta hoy no se ha encontrado vestigio alguno de habitación a lo largo
del período israelita (1200-587 a.C.).
El siglo quinto a.C. señala el comienzo de un periodo muy largo de habitación.
Se han hallado residuos del período persa bajo la sinagoga, bajo la iglesia
octogonal, en la isla n. 2 y sobre todo al occidente de esa isla (zona ahora
cubierta). Desde este núcleo originario, Cafarnaún creció en todas las
direcciones en el transcurso de los siglos siguientes. Es obvio que no nació
como entidad plenamente desarrollada, sino que conoció una expansión
gradual. Con el paso del tiempo las casas nuevas terminaban por sustituir a
las viejas, o bien se iban reforzando las viejas paredes y se renovaban los
pavimentos de piedra. Hasta el presente no hay prueba arqueológica segura de
que el poblado, durante el período romano y bizantino, sufriera una violenta
y general destrucción, ya por guerras, ya por desgracias naturales. Ningún
desastre imprevisto marcó el tránsito al período árabe en el siglo séptimo.
Si bien algunos barrios fueron efectivamente abandonados, varias casas
bizantinas continuaron en uso durante parte de la etapa árabe.
Bajo los soberanos oméyades de Damasco, Cafarnaún, era aún ampliamente
habitada, incluso cuando, sin duda en este período y por causas nada claras,
dejaron de ser funcionales tanto la sinagoga como la iglesia octogonal. Con la
llegada de la dinastía abasida de Bagdad, en la segunda mitad del siglo
octavo, comienza la gradual decadencia de Cafarnaún. Nosotros hemos
encontrado algunas construcciones de los siglos doce y trece, pero queda en
pie el hecho de que el poblado, como tal, era ya entonces un montón de
ruinas.