"Vía Crucis" latín de "Camino de la Cruz" . También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa".

  La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor.

La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa , fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo cuarto). 

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, nos habla ya de multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo. 

 

                   

Vista de la Basílica del Santo Sepulcro desde el patio del monasterio etíope. A la izquierda de la foto se ve la cúpula de la capilla de Santa Elena (en la parte baja) y de la capilla de Melquisedek sobre el Calvario (en la parte alta). Al centro, con la cruz, la cúpula del Catholicon. Desde aquí nuestro recorrido se desarrollará en retroceso hasta el Pretorio. 

 


El recorrido actual del Via Crucis (en rojo). Las estaciones X-XIV se encuentran al interior de la Basílica del S. Sepulcro. El número XV indica el lugar de la Resurección.
I. Jesús es condenado a muerte.
II. Jesús es cargado con la Cruz.
III. Jesús cae por primera vez.
IV. Jesús encuentra a María, su madre.
V. Simón el Cireneo ayuda a Jesús a cargar la Cruz.
VI. La Verónica enjuga el rostro de Jesús.
VII. Jesús cae por segunda vez.
VIII. Jesús encuentra las mujeres de Jerusalén.
IX. Jesús cae por tercera vez.
X. Jesús es despojado de sus vestiduras.
XI. Jesús es clavado en la Cruz.
XII. Jesús muere en la Cruz.
XIII. Jesús es bajado de la Cruz.
XIV. Jesús es puesto en el sepulcro.
Esquema general del Via Crucis según el franciscano Elzearius Horn (1741), con los monumentos más significativos que se encontraban a lo largo del recorrido en las calles de Jerusalén contemporáneas a él. La e scena del Calvario aparece en cambio representada en manera dramática al exterior de las murallas como debían ser en la época de Cristo.

Entre las puertas del monasterio etíope y del patriarcado copto, una cruz rojamente diseñada sobre un fragmento de columna recuerda la tercera y última caída de Jesús.

El el recorrido hacia el Calvario Jesús encuentra un grupo de mujeres que lloraban por Él. (Lc 23,28)

Cuando salía de la ciudad a través de una puerta, se dice que Jesús tropezó e cayó. El libro de los Hebreos recuerda la salida de Jesús a través de una porta  (Heb 13,12). El nombre de "Judiciaria" dada por los peregrinos no posee fundamento histórico.

Una grande columna de época romana es el signo y testimonio de la Segunda Caída de Jesús bajo el peso de la Cruz.

Aquí tenía su casa Verónica (Beronikes, la emorroísa de Cafarnaum, según la tradición). Los apócrifos describen cómo ella enjugó el rostro de Jesús con un sudario y cómo los rasgos de su rostro se imprimieron en él.

En este cruce de caminos (o in aquél poco distante) se coloco el episodio del Cireneo, obligado por los soldados a portar el patíbulo de Cristo detrás de Él (Lc 23,26).

Según una tradición apócrifa la madre de Jesús observó el paso de su hijo desde una de las calles laterales, mientras el apóstol Juan trataba de impedirle la visión con el borde de su manto (como en la escultura mural que se vee en la última foto abajo).

Dos calles importantes de Jerusalén se encuentran en este punto. De frente al elegante pórtico de época turca, los arqueólocos han encontrado algunas piedas de una calle del tiempo de Jesús. Aquí fue puesto en el pasado el encuentro con el Cireneo, mientras hoy se recuerda la primera caída.

El Via Crucis atraviesa el valle que separa dos colinas, oriental y occidental, sobre las cuales está construida la ciudad de Jerusalén. En primer plano, a la izquierda, la iglesia armeno-católica construida sobre el lugar de la iglesia medieval de "Santa María del Espasmo".
Arcos de época romana forman parte de un ingreso monumental a un edificio considerado desde tiempo como el pretorio (Fortaleza Antonia). Los restos han sido englobados en una iglesia dedicada a Jesús, ridiculizado y coronado de espinas por los soldados (Jn 19,1). Sobre el lugar del Pretorio, donde Jesús fue juzgado por Pilatos (Mt 27,2), no hay una convergencia de opiniones entre los estudiosos.

En los subterráneos del convento de las religiosas de "Notre Dame de Sion" hay una grande cisterna dividida en dos partes por una fila de arcos. Aprovechando el bajo nivel del agua, hemos podido fotografar la segunda cisterna, normalmente invisibile para los visitantes.
Cubre la cisterna un pavimento realizado con grandes bloques de piedra. Después del descubrimiento en 1859, el pavimento fue considerado parte de la erodiana Fortaleza Antonia y vinculada con el "lithostrotos" del evangelio (Jn 19,13). "Lithostrotos" significa "pavimento de piedra".

Sobre el "lithostrotos" está construida también la Capilla de la Condena donde han sido encontrados restos de una iglesia medieval. Segidamente a la inauguración de la nueva capilla, fue transferida, en  1914, la II estación del Via Crucis.

Al interior de la Capilla Lithostrotos o de la Condena se concluye la visita.


Vista panorámica desde la terraza del Convento de la Flagelación sobre la escuela primaria  Omariyya, desde donde cada viernes parte la procesión conmemorativa del Via Crucis conducida por los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa.

 

INFORMACIÓN SOBRE EL VÍA CRUCIS: ESTACIONES DE LA CRUZ 

Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o "Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.

Las imágenes pueden ser pinturas o esculturas. Algunas representaciones son  grandes obras de arte inspiradas por Dios para suscitar mayor comprensión del amor de Jesucristo y movernos a la conversión. Entre éstas se destacan las de la catedral de Antwerp en Bélgica y las del Santuario de Lourdes en Francia. 

Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia o en lugares reservados para la oración.  Los santuarios, casas de retiros y otros lugares de oración suelen tener estaciones de la cruz en un terreno cercano.   En los monasterios generalmente se encuentran en el claustro. 

La erección y uso de las Estaciones se generalizaron al final del siglo XVII. Al principio en número de Estaciones variaba pero se estandarizó en las catorce arriba mencionadas.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación.  También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del "Stabat Mater" mientras se pasa de una estación a la otra.

La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI), fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo cuarto).

Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre  la "Vía Sacra", como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares mas preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en que dirección se recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato. 

Ferraris menciona las siguientes Estaciones con indulgencias:
-El lugar donde Jesús se encuentra con su Madre.
-Donde Jesús habló con las mujeres de Jerusalén.
-Donde se encontró con Simón Cirineo
-Donde los soldados se sortean  Sus vestiduras.
-Donde fue crucificado
-La casa de Pilato
-El Santo Sepulcro

Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares mas asequibles e ir a ellos en peregrinación. En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los mas importantes santuarios de Jerusalén.

En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El Beato Alvarez (m.1420), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones.  Por la misma época, la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo,  la primera vez que se conoce el uso de la palabra "Estaciones" siendo utilizada en el sentido actual del Vía Crucis se encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a la Tierra Santa en 1458 y en 1462.  Wey ya menciona catorce estaciones, pero solo cinco de ellas corresponden a que se usan hoy día, mientras que siete solo remotamente se refieren a la Pasión.

Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro "Jerusalén sicut Christi tempore floruit" escrito por un tal Adrichomius en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce.  Parece entonces que Vía Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa. 

Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes mas comunes. Entre estas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí al hombre).

En el año1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que aunque no había obligación, es mas apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio.  Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La procesión debe seguir a Cristo mas bien que encontrarse de frente con El.

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocente XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las Estaciones de la Cruz en sus propias iglesias según la forma acostumbrada. Inocente XII confirmó este privilegio en 1694 y Benedicto XIII en 1726 lo extendió a todos los fieles. En 1731 Clemente XII lo extendió aun mas permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las Estaciones fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo local). Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones. Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz.  En 1857 los obispos de Inglaterra recibieron facultades de la Santa Cede para erigir ellos mismos las Estaciones con indulgencias cuando no hubiesen franciscanos. En 1862 se quitó esta última restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.

Las instrucciones de la Sagrada Congregación, aprobadas por el papa Clemente XII en 1731, prohíben especificar que o cuantas indulgencias pueden ganarse con las Estaciones de la Cruz. En 1773 Clemente XIV concedió la misma indulgencia, bajo ciertas circunstancias, a los crucifijos bendecidos para el rezo de las Estaciones, para el uso de los enfermos, los que están en el mar, en prisión u otros impedidos de hacer las Estaciones en la iglesia. La condición es que sostengan el crucifijo en sus manos mientras rezan Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria un número determinado de veces. Estos crucifijos especiales no pueden venderse, prestarse ni regalarse sin perder las indulgencias ya que son propias para personas en situaciones especiales..

Regulaciones actuales sobre las indulgencias
Publicadas en el Enchiridion Indulgentiarium Normae et Concessiones,

   Se concede indulgencia plenaria a los fieles cristianos que devotamente hacen las Estaciones de la Cruz. 
   El ejercicio devoto de las Estaciones de la Cruz ayuda a renovar nuestro recuerdo de los sufrimientos de Cristo en su camino desde el praetorium de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el Monte Calvario, donde por nuestra salvación murió en la cruz.

Las normas para obtener estas indulgencias plenarias son:
1. Deben hacerse ante Estaciones de la Cruz erigidas según la ley.
2. Deben haber catorce cruces. Para ayudar en la devoción estas cruces están normalmente adjuntas a catorce imágenes o tablas representando las estaciones de Jerusalén.
3. Las Estaciones consisten en catorce piadosas lecturas con oraciones vocales. Pero para hacer estos ejercicios solo se requiere que se medite devotamente la pasión y muerte del Señor. No se requiere la meditación de cada misterio de las estaciones.
4. El movimiento de una Estación a la otra.  Si no es posible a todos los presente hacer este movimiento sin causar desorden al hacerse las Estaciones públicamente,  es suficiente que la persona que lo dirige se mueva de Estación a Estación mientras los otros permanecen en su lugar.
5. Las personas que están legítimamente impedidas de satisfacer los requisitos anteriormente indicados, pueden obtener indulgencias si al menos pasan algún tiempo, por ejemplo, quince minutos en la lectura devota y la meditación de la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.
6. Otros ejercicios de devoción son equivalentes a las Estaciones de la Cruz, aun en cuanto a indulgencias, si éstos nos recuerdan la Pasión y muerte del Señor y están aprobados por una autoridad competente. .
7. Para otros ritos. Los patriarcas pueden establecer otros ejercicios devotos en memoria de la Pasión y muerte de nuestro Señor, en manera similar a las Estaciones de la Cruz.

Los requisitos de arriba son necesarios para obtener las indulgencias, pero siempre que se hacen las Estaciones con devoción en cualquier lugar, ya sea públicamente o en privado, se obtendrán muchas gracias. Claro que deben hacerse de corazón, con sincera intención de conversión.

Las Estaciones de la Cruz se pueden hacer con gran beneficio todo el año y son especialmente significativas durante la Cuaresma. Cada viernes santo, el Santo Padre dirige las Estaciones de la Cruz desde el Coliseo en Roma para recordar a los mártires y nuestro llamado a seguir sus pasos.

Agradecemos a los Padres Franciscanos, al  Padre  Jordi Rivero y a los Corazones de Jesús y María, la preparación de parte  de este  trabajo.