LA SINAGOGA DEL SIGLO PRIMERO
Antes todavía de nuestras excavaciones, muchos doctos habían
sugerido que la sinagoga del siglo primero, la que Jesús visitó, podía estar
soterrada bajo la monumental sinagoga blanca. "Es una desdicha - escribía,
por ejemplo, Albright - que no se hayan descubierto restos anteriores. La
eventualidad de que, en Cafarnaún, se encuentren cimientos de una sinagoga más
antigua, bajo las ruinas de la del siglo tercero, no sería del todo inverosímil.
Pero nadie se atreve a demoler esta espléndida construcción con la esperanza
aleatoria de descubrir los restos subyacentes". Lo que Albright estimaba
una improbable y temeraria empresa, lo han realizado los arqueólogos
franciscanos. A partir de 1969, V.C. Corbo y el autor de este trabajo excavaron
toda la zona contigua a la sinagoga blanca y abrieron numerosas zanjas en el
interior del edificio mismo para encontrar y estudiar los restos arqueológicos
ocultos bajo la sinagoga del siglo cuarto.
Los principales resultados de esta larga investigación son los
siguientes: 1. La sinagoga blanca se apoya en una plataforma artificial. 2. Se
alzó esta plataforma tras la demolición de algunos edificios del poblado: de
hecho, una vez quitada la espesa capa de argamasa que formaba el lecho de
apoyo del enlosado del pavimento y removido el relleno artificial del podium o
plataforma, han aparecido bastantes construcciones que se remontan al período
helenístico-romano. La trinchera n. 21 ha puesto al desnudo una construcción
del siglo trece a.C. Estos abarcan pavimentos de piedra, paredes de piedra de
basalto, puertas, escaleras, conducciones de agua y hogares. Si bien el carácter
limitado de las zanjas hace imposible un plano completo de estas
construcciones, es evidente que estos variados elementos pertenecen a casas
particulares. Estas se hallaban sepultadas - hay que subrayar el hecho -
debajo de las alas laterales de la sala de oración, bajo el balcón y bajo el
patio oriental. Del todo diferente es la visión que surgió de las trincheras
excavadas en la gran nave central de la sala de oración. Aquí, en efecto,
solamente ha sido encontrado un pavimento de piedra basáltica que se remonta
al siglo primero. Este pavimento recubría una capa más antigua de instalación
con cerámica y moneditas de la época helenística. V.C, Corbo y quien
escribe esta guía admiten que el amplio pavimento del siglo primero,
descubierto bajo la nave central de la sinagoga blanca, puede pertenecer a la
tan buscada sinagoga, es decir, la que construyó el centurión romano y visitó
Jesús.
Son varios los indicios que hacen bastante admisible esta
identificación. Ante todo, la amplitud del pavimento del siglo primero es
llamativa en exceso para pertenecer a una casa privada, mientras que se adapta
mejor a un edificio público y puede razonablemente identificarse como una
sinagoga: es un hecho bien conocido, en efecto, que los edificios religiosos
eran normalmente reconstruidos, a lo largo de los siglos, en el mismo lugar
sagrado. En el caso concreto de Cafarnaún, la presencia de una sinagoga
anterior explicaría mejor la razón por la que la comunidad hebrea del siglo
cuarto escogió precisamente aquel sitio, a pesar del hecho de que el edificio
sinagogal habría venido a situarse frente a un santuario cristiano. Por fin,
esta identificación tiene en cuenta el hecho de que los peregrinos (como
Egeria) localizaron la sinagoga visitada por Jesús justamente en la zona de
la monumental sinagoga blanca.
Aquí tomamos en consideración un segundo elemento descubierto bajo la
sinagoga blanca, es decir, el llamado "muro de basalto". El
"muro de basalto" ha sido descubierto en el área de la sala de
oración, ya bajo las paredes periféricas, ya bajo el estilóbato: en el
primer caso el muro es continuo, mientras que bajo el estilóbato es
discontinuo o incluso inexistente. Dicho muro falta en las restantes partes
del edificio sinagogal, por ejemplo, en la zona del patio oriental. V.C. Corbo
y el autor están de acuerdo en un punto importante: el "muro de
basalto" pertenece a una sinagoga anterior y fue simplemente reutilizado
como cimiento para la sala de oración de la sinagoga blanca del siglo cuarto.
Nos llevan a esta conclusión varios datos.
Ante todo, los cimientos del patio oriental forman una entidad totalmente
independiente y están sólo adosados al "muro de basalto". Además,
los mencionados cimientos del patio están hechos con bellas piedras
esmeradamente acabadas y dispuestas en líneas bien igualadas, mientras que
las hileras del "muro de basalto" son muy inferiores en calidad y
finura de ejecución y revelan una técnica del todo diferente. De aquí surge
la pregunta: ¿por qué esta sorprendente diferencia de cimientos? ¿Cómo es
posible que el patio, que es una parte accesoria del edificio sinagogal del
siglo cuarto, fuera dotado de tan espléndidos cimientos, en contraste con la
sala de oración que seguía constituyendo la parte esencial de la sinagoga?
La única respuesta que podemos ofrecer es la siguiente: la sala de oración
reutilizó simplemente, como cimientos, los muros de un edificio preexistente,
mientras que los cimientos del patio oriental datan de una época muy
posterior y fueron hechos de nuevo.
Esta conclusión resulta aún más convincente si se analiza la extraña
relación que existe entre el "muro de basalto" y los tramos de la
sala de oración que descansan encima. Se ha dicho ya que el "muro de
basalto" es claramente discontinuo debajo del estilóbato de la sala de
oración. Es más grave aún que, al norte, el estilóbato descanse sobre un
relleno poco sólido y que en este punto el "muro de basalto" sea
del todo inexistente. un segundo elemento que hay que tener presente es la
diferencia de axialidad entre el "nutro de basalto" y las paredes de
la sala de oración. En tercer lugar, dado que el "muro de basalto",
en el flanco occidental, tenía las hiladas ligeramente inclinadas de norte a
sur, los constructores de la sinagoga blanca decidieron cortar todas las
piedras de la primera línea en dirección opuesta, es decir, disminuyéndolas
de sur a norte, y utilizaron además piedrecillas vulgares para rellenar los
huecos en la cima ondulada del "muro de basalto".
Todas estas razones obligan a concluir que el "muro de basalto"
pertenece a una sinagoga anterior a la sinagoga blanca.
Queda por resolver un problema grave. ¿Cuál es la relación entre el
"muro de basalto" y el pavimento de piedra del siglo primero hallado
bajo la nave central? El director de las excavaciones afirma que los dos
elementos son contemporáneos y, por tanto, corresponden a la sinagoga del
siglo primero. A mi parecer, es posible que el "muro de basalto"
represente una etapa intermedia entre la sinagoga del siglo primero, de la que
sólo queda el pavimento, y la sinagoga blanca, construida en el siglo cuarto
avanzado.