CAFARNAÚN, SONDEOS Y EXCAVACIONES
El sitio arqueológico, que los hebreos denominan hoy Kefar
Nahum y los árabes Talhum, se halla en la orilla noroeste del lago Kinneret, en
Galilea, a unos 210 m bajo el nivel del mar. Dista 16 km de Tiberíades, 3 km de
Tabgha y 5 km del punto en que el río Jordán vierte sus aguas al lago.
Se accede fácilmente al lugar bíblico, ya a través de una carretera asfaltada
que costea la ribera del lago, ya por medio de embarcaciones que proceden de
Tiberíades y de En-Gev.
El antiguo poblado fue abandonado hace casi un milenio, si bien algunas familias
de la tribu de los Semekiyeh permanecieron allí hasta la guerra árabe-israelí
de 1948. Dos tercios de las ruinas pertenecen a la Custodia Franciscana de
Tierra Santa; el resto, por el lado oriental, es propiedad del Patriarcado
greco-ortodoxo.
El americano E. Robinson, que visitó el lugar en 1838, dejó de él la
siguiente descripción: "El sitio es totalmente desierto y triste. Sólo
algunos árabes de los Semekiyeh viven en tiendas y han construido en mitad de
las ruinas algunas barracas que utilizan como depósitos".
Cafarnaún antes del 1894
No lejos de la orilla del lago, Robinson observó los derruídos
restos de un edificio que por costo, trabajo y decoración superan todo lo que
hasta ahora hemos visto en Palestina. En una segunda visita identificó
correctamente aquella construcción como una sinagoga.
En 1866, el arqueólogo inglés C.W. Wilson realizó dentro de la sinagoga un
pequeño sondeo, que resultó con todo insuficiente para el trazado de una
planta exacta. Además, describió dos tumbas monumentalcs, de las que aún es
visible una. Se encuentra unos 200 m al norte de la sinagoga, en una pequeña
propiedad del Patriarcado Latino de Jerusalén.
En los años siguientes, los preciosos vestigios de la sinagoga fueron
gravemente dañados por los beduinos locales y por los habitantes de Tiberíades.
Esta lamentable destrucción, inutilmente deplorada por el viajero francés Guérin
(1880), duró hasta 1894.
En ese año la Custodia Franciscana de Tierra Santa, por mediación de fray
Giuseppe Baldi de Nápoles, logró recobrar de los beduinos las ruinas de la
sinagoga y buena parte de la antigua Cafarnaún. Paredes de piedra, visibles aún
hoy, se alzaron pronto para proteger la propiedad franciscana. Por precaución,
los preciosos restos de la sinagoga fueron provisionalmente cubiertos de tierra,
para salvarlos mejor de ulteriores vandalismos.
En 1905, los Franciscanos autorizaron a los arqueólogos H.
Kohl y C. Watzinger, de la Deutsche OrientGesellschaft, a emprender las primeras
excavaciones en la sinagoga. La limpieza del imponente monumento prosiguió en años
sucesivos (1906-1915) a cargo del arquitecto franciscano fray Wendelin von
Menden, que excavó también una parte de la antigua aldea, al oeste y al
sur-oeste de la sinagoga, y que al fin puso al descubierto los primeros restos
musivos de lo que luego resultó ser una iglesia octogonal.
En 1921, el franciscano R Gaudencio Orfali de Nazaret dirigió una breve campaña
de excavaciones: descubrió en parte la iglesia octogonal y sacó a luz un nivel
medieval (que nosotros hemos removido) en la zona situada entre la sinagoga y la
iglesia octogonal. A este joven franciscano se debe en parte la reconstrucción
de la sinagoga.
Para conmemorar el acontecimiento, el Departamento de las Antigüedades
hizo grabar en una columna de estilóbato del norte una larga inscripción
dedicatoria en latín. Tras la muerte prematura de G. Orfali, acaecida en 1926,
las investigaciones de Cafarnaún se interrumpieron durante casi cuarenta años.
Desde 1968, el activo arqueólogo franciscano Virgilio Canio Corbo y el autor de
estas páginas se dedicaron casi sin interrupción al redescubrimiento de la
antigua Cafarnaún. Las excavaciones se concentraron sobre todo en los dos
edificios públicos de la población, es decir, en la iglesia octogonal y en la
sinagoga. Las excavaciones en profundidad se vieron coronadas por el hallazgo de
la casa de San Pedro, como también por algunos restos de la sinagoga del siglo
primero construida por el centurión romano.
Antes de las excavaciones de 1868
Además, ha sido delimitada una amplia porción del antiguo
poblado, que clarifica la larga y fascinante historia del sitio. V.C. Corbo
prosiguió la reconstrucción de la sinagoga y remodeló en su totalidad la
propiedad franciscana para hacer frente al número siempre creciente de
peregrinos y turistas. Falleció el 6 de diciembre de 1991 y tuvo el privilegio
de ser sepultado junto a la casa de San Pedro, bajo el moderno Memorial.
Durante este tiempo, el doctor Vasilios Tzaferis, del Departamento de las Antigüedades,
ha dirigido cuatro campañas de excavaciones en la propiedad de los
greco-ortodoxos (1978-1982).