¿Riqueza de la Iglesia?
Querida
María:
Ya regresábamos de Suiza
y al pasar por Milán y visitar su catedral, Andrea, preguntó sobre la riqueza
de la Iglesia y de cómo sería mejor haber dado el dinero de su construcción a
los pobres. También nos dijo que, por qué no se venden las obras de arte que la
Iglesia posee y se reparte entre las personas más necesitadas.
Este tema
sabes que se toca con mucha frecuencia por los enemigos de la Iglesia y también
por personas que quizá han profundizado poco en el tema, en cualquier caso, la
respuesta es sencilla, conviene aclararles los siguientes puntos:
- Los bienes de la Iglesia no
provienen de la explotación de nadie sino de las aportaciones generosas y
limosnas que los creyentes de todos los tiempos han realizado libremente.
- Que esas aportaciones,
efectivamente, se podían haber entregado a los pobres. Y así se hizo, no
de manera humillante, sino como contraprestación al trabajo desarrollado,
pues con ellas, se pagó la mano de obra necesaria para la construcción de
semejantes catedrales. Mano de obra en la mayor parte de los casos de
gente humilde.
- Pero es que, además, con ese
trabajo, digno como cualquiera, se han construido unos edificios que
durante siglos han servido para regocijo de muchos, y que servirá en
adelante para disfrute de generaciones y generaciones.
- Por otro lado, las obras de arte, la
mayor parte de las veces, han sido donaciones directas de la gente. Estas
obras de arte suelen estar expuestas al disfrute de todo el mundo. ¿Es que
lo que queremos es que pasen a manos de algún magnate americano y las
guarde en su casa para uso y disfrute de su familia y amigos?
- ¿Y el dinero? No hay ninguna
institución, grupo, estado, ONG, u organismo alguno que haya hecho a lo
largo de la historia más obras sociales que la Iglesia Católica. El
detalle sería imposible. Para realizar estas labores se necesita un
dinero, que sale como ya hemos insistido, de las aportaciones generosas de
todos los católicos del mundo.
- ¿Y los fondos de inversión y
similares que, en ocasiones, han podido saltar en los medios de
comunicación? Muy acertadamente, Eduardo tu hermano, comentó un día la
situación de una barriada en Cuzco, donde estuvo colaborando, y, haciendo
referencia a este tema dijo lo siguiente: ¿Qué se pensaría de un párroco
que habiendo recaudado fondos para construir un orfanato, y mientras le
concedían la licencia de construcción, lo hubiera mantenido en un cajón?
Tendría el peligro de un robo y además no le sacaría un rendimiento al
mismo. Creo que pensaríamos que la decisión era desacertada. Por otra
parte, la Iglesia como toda institución en la que trabajan personas,
necesita dinero con el que alimentarlas, alojarlas, etc.
- Ese es todo el dinero de la
Iglesia. Cuando veo, como viven los integrantes de tantas instituciones de
la Iglesia, que no gastan nada para sí, y que viven a nivel personal
desprovistos de los bienes que muchos de nosotros tenemos como necesarios,
¿cómo afirmar que viven ricamente?
Bueno, creo
que por ahora es suficiente, aunque otro día ampliaré el tema.