Sobre las postrimerías

 

Que estas oraciones, salmos, pensamientos, etc. sobre el pecado y las postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria nos ayuden en esta vida para llegar a la meta que es el cielo para siempre.

 

Gustosamente moriré, Señor, en el tiempo, en el lugar, del modo que tú quieras y hasta entonces aprovecharé los días de mi vida que me queden para luchar contra mis defectos y crecer en tu amor, para romper todos los lazos que atan mi corazón a las criaturas, para preparar mi alma a comparecer a tu presencia; y desde ahora me abandono sin reservas en los brazos de tu paternal Providencia.

Creador mío y Padre mío, te pido la más importante de todas las gracias: la perseverancia final y una muerte santa. Por grande que haya sido el abuso hecho de la vida que me has dado, concédeme vivirla desde ahora y terminarla en tu santo amor. Que yo muera como los santos Patriarcas, dejando sin tristeza este valle de lágrimas, para ir a gozar del descanso eterno en mi verdadera patria. 

Que yo muera como el glorioso san José, acompañado de Jesús y de María, pronunciando estos nombres dulcísimos, que espero bendecir por toda la eternidad. Que yo muera como la Virgen Inmaculada en la caridad más pura y con el deseo de unirme al único objeto de mis amores. Que yo muera como Jesús en la Cruz, plenamente identificado con la voluntad del Padre, hecho holocausto por amor.

Jesús muerto por mí, concédeme la gracia de morir en un acto de perfecta caridad hacía Ti. Santa María, Madre de Dios, ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. San José mi Señor, alcanzame que muera con la muerte de los justos.

Señor, Dios mío, ya desde ahora acepto de buena voluntad, como venida de tu mano, cualquier género de muerte que quieras enviarme, con todas sus angustias, penas y dolores.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, que en vos descanse en paz el alma mía.

Si has sentido el flechazo del amor.

Si has experimentado lo que el fuego de una chimenea en un día de viento y frío de invierno produce en el cuerpo y en el alma.

Si conoces lo que la poesía y la música producen en el espíritu.

Si sabes lo que el comer y el beber producen en el cuerpo cuando se tiene hambre y sed de verdad.

Si has experimentado el descanso al final del día cuando te sentías totalmente agotado.

Si has sentido el cariño de tus padres y de tus hijos.

Si has experimentado la alegría del deber cumplido.

Si conoces la satisfacción del deporte.

Si has conocido la sonrisa de Dios cuando has hablado a alguien de Él.

Si has viajado, conociendo  países y a gentes distintas.

Si has experimentado, aunque sea muy poco, la gracia de Dios... pues a pesar de todo eso, dice san Pablo que ni ojo vio, ni oído oyó, ni cabe en corazón humano, lo que Dios tiene preparado para los que le aman.

Alma de Cristo santifícame...

Tomad Señor y recibid...

Hágase, cúmplase, sea...

Nada te turbe, nada te...

Con tu Cruz, Señor...

Por quien lo necesite Señor,...

Padre nuestro que estás en el cielo...

Jesús, José y María os doy...

Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el Paraíso.