La oración
diaria
Quiero que me ayudes a preparar mi
oración, haz que la vaya rectificando para que, se ajuste en cada
momento a mis necesidades.
"Empiezo":
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío y Dios mío,
creo firmemente que estas aquí, que me ves, que me oyes, te adoro
con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia
para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada,
San José mi padre y señor, Ángel de la Guarda interceded
por mí.
Señor, yo sé que tu
eres la razón de mi existencia.
Existencia inquieta, porque nos hiciste
para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse
en ti.
Pero el descanso pleno sólo
se consigue en el cielo, contigo.
Tú sales a mi encuentro, pero
me pides que vaya hacia ti por el camino correcto.
Este camino es Cristo; pero Cristo
está en la Cruz, y para subir a la Cruz hay que tener el corazón
libre, desasido de las cosas de la tierra.
¡Cuánto pecado e indiferencia!,
Dios mío, perdóname, pero Tú que lo sabes todo, sabes
que te quiero.
Por eso en este día Señor:
Te ofrezco:
-
Lo que tengo y pueda tener.
-
Es decir, la vida entera.
Acepto, amaré y ofreceré:
-
El dolor moral presente y futuro.
-
La muerte que tengas prevista para mi;
cuando Tú quieras, como Tú quieras; donde Tú quieras,
de la forma que Tú quieras.
Te pido entonces:
-
Que tu Madre, en ese tránsito
me lleve de la mano al cielo.
-
Que me centre en el encuentro gozoso
con María y tantos seres queridos.
-
Que no me atormente el pensamiento de
los seres queridos que dejo, al contrario, que piense en el recibimiento
gozoso que desde el cielo les haré.
Y durante lo que me quede de vida
-
Que los demás te quieran más.
Dame luz y fortaleza para:
-
Tener más fe, que María
me urge.
-
Aceptar y amar en todo tu voluntad.
(Hágase, cúmplase... Quiero lo que quieras,...)
-
Darme cuenta de lo que representa la
filiación divina, que me sienta hijo tuyo.
Ayúdame a:
-
Ser más mortificado, "con tu
Cruz", Señor.
Y que en todo momento
-
Que el Espíritu Santo, el consolador,
dulce huésped del alma, me haga ver a Cristo en los que me rodean,
y les hable de lo que mi corazón debe rebosar.
-
Que nuestro Padre y la Virgen María
desde el cielo, me ayuden a concretar para hoy. Amén.