¿Enamorada?

Hola papá:
 

Me preguntabas: "¿sientes que estas enamorada?" y te digo que sí, que siento, pero como todo sentimiento es pasajero. No se puede convertir este sentimiento en la base de toda una vida. No se puede pretender  que ningún sentimiento perdure en toda su intensidad, ni siquiera que perdure.
 
El conocimiento puede perdurar, los principios pueden perdurar, los hábitos pueden perdurar, pero los sentimientos vienen y van. Y de hecho el sentimiento de "estar enamorada" no suele durar.
 
Pero este estar enamorada suele ser la ignición que pone en marcha el amor. Amor, voluntad de amar, empieza y no se acaba, se abren horizontes ilimitados, se entremezclan los sentimientos con las voluntades, sentir y querer, siento que estoy enamorada y quiero amar más, incondicionalmente, para toda la vida, ya no hay en el mundo nadie como tú.
 
Entonces viene la promesa de la fidelidad, esta viene cuando descubrimos ese entrelazarse entre sentirme enamorada y querer amar con mi entrega total, incondicional al ser amado.
 
Entonces esa promesa, cuando estoy enamorada y porque estoy enamorada, de ser fiel al ser amado durante toda mi vida, me compromete a ser fiel aunque deje de estar enamorada.
 
Una promesa debe ser hecha acerca de cosas que yo pueda hacer, acerca de actos: nadie puede prometer seguir sintiendo los mismos sentimientos.
 

Pero naturalmente dejar de "estar enamorada" no implica dejar de amar. El amor en este sentido, el amor como distinto de "estar enamorada", no es meramente un sentimiento. Es una profunda unidad mantenida por la voluntad y deliberadamente reforzada por el hábito; reforzada por la gracia que ambos cónyuges piden y/o reciben de Dios.

 

"Estar enamorados" los llevó primero a prometerse fidelidad; este amor más tranquilo les permite guardar esa promesa. Es a base de este amor como funciona el motor del matrimonio: estar enamorados fue la ignición que lo puso en marcha.

 

Esto es, en opinión de Lewis y en la mía, una pequeña parte de aquello a lo que Cristo se refería cuando dijo que una cosa no vivirá verdaderamente a menos que muera primero.